La enfermedad de Alexander
La enfermedad de Alexander fue identificada en 1949 en los criterios neuropatológicos, es decir, la presencia de fibras de Rosenthal y la pérdida de la mielina.
Desde entonces, diferentes formas clínicas han sido individualizadas. Y se han registrado 500 casos desde 1.949 a la actualidad.
La forma infantil (desde el nacimiento hasta los 2 años) es la más común, se caracteriza por un inicio temprano y su evolución severa. Sus síntomas asociados son macrocefalia progresiva (a veces hidrocefalia), retraso del desarrollo psicomotor o deterioro mental, signos piramidales, ataxia y convulsiones. El escáner y la RMI en el diagnóstico presentan anomalías en la sustancia blanca, predominantemente en las regiones frontales.
La forma juvenil comienza en la edad escolar con paraplejia espástica progresiva y signos bulbares asociados.
Los casos de adultos son heterogéneos y difíciles de diagnosticar.
Esta rara enfermedad, a menudo considerada como una leucodistrofia, es normalmente esporádica y sólo unos pocos casos familiares han sido localizados.
El descubrimiento de las fibras de Rosenthal en ratones transgénicos que sobreexpresan GFAP (proteína glial fibrilar ácida) en humanos, ha impulsado la búsqueda de mutaciones.
Más de 20 mutaciones han sido identificadas en la secuencia de codificación de la GFAP. Estas son mutaciones de novo dominantes.
Sin embargo, el diagnóstico prenatal parece conveniente dado el riesgo de mosaicismo germinal.
En la actualidad, el tratamiento es sólo sintomático.